Reproductor

13 nov 2013

Homenaje

Este movimiento cultural socio-político ha sido el mas trascendente y el mas importante que ha tenido Chile en las ultimas décadas, ya que marcó sin duda alguna un antes y un después tanto en lo musical como en lo socio-critico, mas allá de aquello; estos autores plasmaron en sus composiciones los anhelos, sueños y compromisos con el país en una década llena de utopías y aspiraciones de un país mejor, más igualitario, y sobretodo más justo...

Es indudable que este movimiento plasma un profundo compromiso social, resaltando las ironías y las contradicciones que atravesaba el país con las clases sociales; en una época donde latinoamérica estaba en el ojo del mundo entero por echos como la revolución cubana, además de que un presidente socialista llegara al poder por primera vez en la historia por vía democrática en donde coexistían dos fuerzas que se disputaban el mundo, el capitalismo liderado por Estados Unidos y el socialismo liderado por la Unión Soviética  todas estos acontecimientos dejaron una huella imborrable en la música de la nueva canción chilena.

A pesar de la censura y la persecución  por parte de la dictadura, este movimiento sobrevive   aunque se aplico sangre fría a Víctor Jara y muchos otros, sin duda alguna estos echos marcaron para siempre la historia de nuestro país, este es nuestro pequeño homenaje...

7 nov 2013

Un poco de historia...

La Nueva Canción Chilena se desarrolló desde la década de 1960, consolidándose a fines de esos años y proyectándose hacia los primeros años de la década siguiente.-

Basada en la recuperación de la música folclórica, sus cultores agregaron factores propios de la música continental, incorporando instrumentos y ritmos de toda el área hispanoamericana. Sin embargo, sus principales antecedentes lo constituyeron importantes folcloristas, compositores e investigadores nacionales, entre los que destacaron: Violeta Parra, Margot Loyola, Gabriela Pizarro y Héctor Pavez. Se puede mencionar también la influencia de poetas como Pablo Neruda y Nicanor Parra, además de la fuerte injerencia de compositores latinoamericanos como el argentino Atahualpa Yupanqui y el cubano Carlos Puebla. En este sentido, fue parte de un gran fenómeno conocido como Nueva Canción Latinoamericana, dentro del que se puede reconocer, por ejemplo, a la Nueva Trova Cubana. 



A ese aire folclórico latinoamericano, la Nueva Canción incorporó un fuerte compromiso con el proceso de cambios sociales que vivía Chile en los años sesenta y setenta. De hecho, muchos de sus exponentes asumieron un compromiso efectivo con el gobierno de la Unidad Popular, transformándose en un movimiento musical con una clara militancia política.-

En sus inicios, la Nueva Canción constituyó un todo con un gran movimiento de renovación folclórica, donde la tradición se nutrió de innovaciones musicales. Este movimiento de carácter eminentemente masivo, conocido como Neofolclor, paulatinamente fue decantando hasta distinguirse la Nueva Canción como una manifestación particular. Desde esta línea provenían intérpretes como Patricio Manns y Rolando Alarcón.

Habiendo tenido ya aquella música un desarrollo importante en distintas peñas, en julio de 1969 la Vicerrectoría de Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile organizó el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena. Fue el momento en que la tendencia fue bautizada como tal, y por ende, desde ese instante el nombre Nueva Canción Chilena empezó a formar parte de la identidad musical del país.

Su dinamismo y fuerza creativa permitió, con el paso del tiempo, la incorporación de variables de la música docta a su propuesta. Se generó así el concepto de cantata, la de las cuales la más importante fue la Cantata Popular Santa María de Iquique, interpretada por el grupo Quilapayún. Este conjunto que fue uno de los grupos musicales paradigmáticos del proceso, junto a otros como Inti Illimani e Illapu.-


El arte comprometido:

Este movimiento artístico no era solamente con los músicos, era con los pintores, los escritores. Dicen los que saben y los que han hecho trabajos sociológicos y estadísticos, que durante los años de la Unidad Popular, Chile realmente era un paraíso de creatividad. Fue el momento en que se imprimieron más libros, donde la gente leyó mucho más, donde se hicieron más recitales que nunca, donde los artistas iban a las poblaciones, iban a cantar se integraban al mundo comunitario.

La experiencia de la Unidad Popular significaba que compromiso  con mucha gente en Chile.... Que estaba cambiando el destino de nuestro país y que estaba apostando por un proceso por un mundo más justo.

La gente estaba ahí, el Víctor Jara estaba ahí siempre lleno de gente, iba a la población y la gente lo tocaba... no iba a ir a cantar dos canciones y chao... iba a colaborar. Había una relación muy estrecha con la gente. La gente sabía que nosotros estábamos en los mismo que estaban ellos. Y eso era muy impactante, porque no era chivas, era algo real, era algo verdadero que uno se lo guardaba en el corazón y se iba con ese sentimiento pa’ la casa y amanecía con ese sentimiento al otro día: que nosotros estábamos haciendo algo que valía la pena hacer y que lo estábamos haciendo con la música y estaba dando resultados, hasta que no dio resultados. Hasta que paró y vino lo que vino...


Esos años fueron tremendamente intensos y era la perspectiva de tener un Chile más bueno para todos, no sólo para algunos... era re simple el cuento, no era una cuestión complicada: derecho a educarse, derecho a ir a la universidad , derecho a elegir su vida, derecho a tener una educación que te permitiera ser persona, eran cosas fundamentales.-

El movimiento se vio violentamente truncado con el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973. Desde ese momento, y producto del exilio y la represión de muchos de sus integrantes, el movimiento siguió desarrollándose en el extranjero.-

6 nov 2013

Osvaldo Rodríguez. Biografía

Osvaldo Gitano Rodríguez es hoy un referente importantísimo para una gran cantidad de artistas de Chile, sobre todo por su trabajo musical de los años sesenta y setenta. Su obra se inscribe dentro de la Nueva Canción Chilena, movimiento musical y cultural que hizo suyos los aires de cambio de la época y renovó la canción al integrar influencias sonoras latinoamericanas y fusionar diferentes géneros como la música andina, la trova y el rock. En el caso de Rodríguez, a estos géneros se agregan la música de raíces irlandesas/escocesas, de la guerra civil española y los tangos.


Pese a estar inscrita en este trascendental movimiento, la obra musical del Gitano no es de conocimiento masivo, menos aún su trabajo literario y gráfico. En estos años en que se ha revitalizado el género del cantautor en la escena chilena, Rodríguez puede ser comprendido como un antecedente fundamental y, todavía más, como un artista integral que construyó un universo poético, musical y visual que tuvo diferentes aristas complementarias, entre las que destacan: dos discos originales (Tiempo de vivir, 1972 y Los pájaros sin mar, 1976), los ensayos Cantores que reflexionan y La Nueva Canción Chilena, continuidad y reflejo, los libros de poesía Estado de Sitio, Diario del Doble Exilio y Canto de Extramuros, y su serie de dibujos El habitante de la casa transparente, inspirada en la ciudad de Valparaíso.

Osvaldo Rodríguez Musso nació en Valparaíso en 1943. Estudió en un colegio británico y en un liceo de la zona. Luego en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar y en las escuelas de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Chile. Allí fue asistente, profesor auxiliar y jefe de extensión en la Facultad de Arte y Tecnología. En Valparaíso y Viña del Mar ganó concursos de música como intérprete de la Canción Chilena, especialmente de temas recopilados por Violeta Parra. También fue vencedor en certámenes de poesía. A los 17 años ingresó a la Sociedad de Escritores de Chile.

Participó activamente en el gran movimiento cultural regional que abarcó todas las disciplinas (música, literatura, artes plásticas, cine, teatro, arquitectura) en la década de los sesenta. En esos años creó su canción emblemática “Valparaíso”, que da testimonio del compromiso con su ciudad. En aquellos años, además, fue co-fundador de las Peñas de Valparaíso y Viña del Mar, que se convirtieron en una alternativa destacada a la actividad musical de Santiago y en lugares para el intercambio artístico. Los artistas estables de espacios como La Peña de los Parra y la Carpa de Violeta Parra -ambos de la Región Metropolitana- se presentaban frecuentemente en las peñas de la Quinta Región (incluida la propia Violeta Parra) y así también aquellos recibían a los músicos de Valparaíso en las peñas santiaguinas.

Desde 1973, Osvaldo Rodríguez residió en Buenos Aires, Barcelona, Madrid, París, Lyon, Nizza, Praga, Göttingen, Rostock y Berlín. Luego en Italia, Volterra y Bardolino. En Europa estudió Sociología de la Literatura en la Escuela de Altos Estudios de París. En la Facultad de Filosofía de la Universidad de Praga recibió los grados de Licenciado en Letras y Doctor en Letras. Trabajó como profesor invitado en las universidades de Göttingen (Alemania), Siena y Sassari (Italia) y dictó conferencias en universidades europeas y norteamericanas.

Su especialidad en Literatura fue la Poesía Popular Iberoamericana y su desarrollo posterior en la Canción Popular. Autor de ensayos sobre tales materias, ganó en 1986 el premio de Musicología de Casa de las Américas, Cuba, por su ensayo “La Nueva Canción Chilena, continuidad y reflejo”. Como artista visual, ilustró revistas y diseñó afiches para actividades culturales en Europa, y participó en exposiciones individuales y colectivas en Volterra, París, Londres, Barcelona y Madrid, aparte de su ciudad natal.
A su vuelta a Valparaíso, a fines de 1988, impresionado por el deterioro de la ciudad, comenzó una campaña ante la Unesco en París para recuperar algunos edificios porteños con financiamiento de instituciones europeas. Después de una estadía de un año y medio en Valparaíso, volvió a la casa de Bardolino, Lago de Garda, cercano a Verona, donde murió en la madrugada del 18 de marzo de 1996, afectado por un cáncer. Fue nombrado Hijo Ilustre de Valparaíso poco antes de su muerte.


La Nueva Canción Chilena tuvo muchas voces, pero pocas se dedicaron a investigar el fenómeno que vivían. Osvaldo Gitano Rodríguez, poeta de Valparaíso, trovador y ensayista, fue quizás el único que documentó la época con un estudio amplio sobre el género y todo el movimiento social de los años ‘60 y ‘70. Cantores que reflexionan y La Nueva Canción Chilena son los dos ensayos que dedicó al movimiento, y que escribió mientras vivía su exilio en Europa. 

En ese continente Rodríguez profundizó sus estudios en literatura y se concentró en la escritura, razón por la que su carrera discográfica es muy breve, con sólo dos discos originales: Tiempo de vivir (1972) y Los pájaros sin mar (1976), más un tercero en vivo editado en 1989 por el sello Alerce. Es poco, pero suficiente para haber registrado un himno: el vals “Valparaíso”.

Juventud errante

Antes que escritor o erudito investigador, Rodríguez fue un bohemio y un viajero. Fruto de sus experiencias nacieron ricos intercambios. Por ejemplo, como resultado de un viaje que hizo a Brasil en los años ‘60, volvió marcado por el desarrollo de la bossa nova, y comenzó a difundirla en Chile; además de convertirse en su principal intérprete. Casi un hijo ilustre de Valparaíso, de regreso de su viaje se hizo parte activa del ambiente cultural porteño y derivó con toda naturalidad en el movimiento de la Nueva Canción Chilena, que en el puerto crecía abrigada por la Peña de Valparaíso, de la que fue impulsor junto a su coterráneo Payo Grondona. 

Su militancia le costó a Rodríguez el exilio. Comenzó en Argentina, siguió en Suecia, Francia, Checoslovaquia, Alemania e Italia. Desde allí se volvió a Chile en 1989 y definitivamente en 1993. 

Pero el regreso no tuvo nada que ver con el sueño romántico: en Chile Rodríguez no encontró el espacio suficiente para su trabajo artístico, a esas alturas, también diversificado a la pintura. Aunque su voluntad fue volcarse a la Universidad de Playa Ancha y hacer desde ahí su aporte a la cultura local, al cabo de un año, deprimido y enfermo, decidió volver a Italia. 

Allí murió en 1996, víctima de un cáncer al páncreas. El poeta Juan Cameron escribió en 2004: “La figura del Gitano Rodríguez es un paradigma para nuestra conducta y nuestra práctica cultural. En el país, y en especial en este puerto, era un tipo querido por sus pares y por la juventud, a raíz de su famoso vals, 'Valparaíso'. Al regresar a Chile las puertas le fueron cerradas. Es cierto que le ofrecieron y concedieron algunas pequeñas ayudantías y regalías, mas resultaron insuficientes para sobrevivir con su familia. Cuando pidió más se le trató de farsante, de poco realista, de querer mantener en Chile el status económico que tenía en el extranjero. Para muchos provincianos, el extranjero todavía significa riqueza y bienestar…”.

Illapu - Vuelvo


Biografías: Illapu

Historia
Desde sus inicios en 1971, Illapu —Rayo, en voz quechua— ha desarrollado un trabajo estético singular, innovador, experimental y bellamente concebido que ha convertido con los años en una propuesta musical y poética que sintetiza con fina sensibilidad los sueños y aspiraciones de varias generaciones.
La genealogía musical de Illapu se remonta a las raíces ancestrales del mundo andino. Desde esa fuente inagotable nacen sus construcciones armónicas y sonoras. El tiempo y el contacto con el mundo contemporáneo le han abierto a Illapu nuevos horizontes musicales y concepciones estéticas. Es así que illapu revela hoy una variada gama de sonidos, texturas, ritmos, melodías, atonalidades y polifonías armónicas que logran una amalgama única y característica imposible de separar.
Illapu canta a la vida, el amor, la justicia, la preservación de las fuentes culturales de américa, de las contradicciones hombre naturaleza y las tensiones creadas por los procesos de modernidad. La mayoría de sus composiciones son escritas por sus miembros y también se nutren de la lírica de grandes poetas tales como Pablo Neruda, Mario Benedetti, Roque Dalton…
Utilizan una gran variedad de instrumentos musicales de distintos orígenes. Los ancestrales aerófonos: zampoñas, quenas, quenachos, tarkas, sicuras, moceños, trutrucas, pifilca. Además de flauta traversa y saxofones. De las cuerdas de américa latina ejecutan bandurria, cuatro venezolano, charango de bolivia, tiple colombiano, conjuntamente con guitarras electroacústicas, bajo eléctrico y teclados. Tocan además variados instrumentos de percusión tales como bombo legüero, cajón peruano, congas, bongo, kultrún, djembe, percusiones latinas y batería.
Illapu es un grupo que experimenta y fusiona sus raíces latinas andinas con elementos del jazz, con las construcciones armónicas y contrapuntos de la música clásica, con la síncopa de la música afro-caribeña conjugando todo esto además con la inquebrantable fuerza telúrica del rock.

Cronología:
En el verano del año 1971, en la ciudad de Antofagasta, a 1.200 kilometros de la capital de Chile, los hermanos; Jaime, Roberto, Andrés y  José Miguel Márquez, junto a Osvaldo Torres, dan inicio al grupo Illapu, influenciados por la Nueva Canción Chilena y la cultura ancestral andina y latinoamericana muy presentes en la región.
En 1972 graban su primer álbum, “Illapu musica andina”, el cual lanza al grupo a la escena nacional, apariciones en televisión. Se presentan por primera vez al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (1973).

Teatro de La Ville. Francia.
Desde 1974 a 1976 Illapu concentra sus energías en el conocimiento de las tradiciones musicales de los pueblos del norte de Chile, las que plasman en sus discos “Chungará” y “Despedida del pueblo”. En este último incluyen “Candombe para José”, de Roberto Ternan, canción emblemática que con los años adquiriría alturas míticas en el repertorio musical nacional, vigente hasta nuestros días.
En 1978 realizan su primera gira por Europa, donde se presentan en Suiza, Alemania, Bélgica, Holanda e Italia. Son invitados a tocar en L’ Olympia de París, en el Auditorium de la Sorbonne y en numerosos festivales.
Festival de Viña del Mar, 1973. Chile
En 1981, cuando regresaban de su segunda gira por Europa son impedidos de ingresar al país, y exiliados en Francia. Desde ahí Illapu recorre la arena internacional, graba cuatro álbumes, surgen nuevas ideas musicales que acrecentan su carácter internacional. Se presentan en los más grandes escenarios de Europa, Estados Unidos, Canadá, Hong Kong, África del norte, y Australia, donde en 1987 reciben el premio “Media Peace Award” de la S.B.S. TV.Luego de radicarse en México, el año 1986, recorren gran parte de américa latina y el caribe.
Teatro Bobino. Francia.
A comienzos de la primavera de 1988, Illapu retorna finalmente a casa. Son recibidos por más de cien mil personas en su primer concierto en el Parque La Bandera de Santiago. Aún en ausencia de la escena nacional, su popularidad había aumentado.
Parque La Bandera. Chile
En 1991, el álbum “Vuelvo amor… Vuelvo vida” obtiene el primer disco de oro. Desde entonces, Illapu ha recibido innumerables premios, discos de oro, platino premios de la crítica especializada.
Comienzan 1992 actuando en el Festival de Viña del Mar, escenario al que retornan después de 19 años. Son premiados al igual que el año 91, por la agrupación de periodistas de espectáculos, APES, como “el grupo más popular del año”.
Festival de Viña del Mar, 1992. Chile.
En 1993 el tema “Lejos del amor” se mantiene cuarenta y seis semanas en el top de las preferencias radiales. Ese mismo año, la asociación de periodistas de espectáculos, APES, les premia como “el grupo más popular del año”, “mejores compositores” y “disco del año”.
Illapu es invitado en el año 1994 a la casi totalidad de los festivales organizados en Chile y una vez más participan en el Festival de Viña del Mar donde se hace notoria la popularidad adquirida por el grupo.
Festival de Viña del Mar, 1994. Chile.
En marzo de 1995, en la entrega de los “Premios Top Treinta de la Música Nacional”, se les otorga cuatro premios: “grupo del año”, “mejor canción del año”, “productor del año” y el “grupo más vendedor” de 1995. En julio del mismo año reciben el premio como “mejor grupo”, otorgado por el Sindicato de Radiodifusores de Chile.
En el segundo semestre de 1995 la Revista Billboard se refiere al grupo en un artículo que destaca: “Illapu confirma su estatus de artista más popular de Chile”. La revista publica un extenso reportaje sobre el mercado discográfico sudamericano y el importante lugar que el sexteto ocupa en él.
En 1996 el álbum “En estos días” se transforma en el disco más vendido en toda la historia de la música chilena, recibiendo múltiple disco de platino. Con ese galardón la popularidad de Illapu es reconocida no sólo por los críticos, sino también por el público tanto de las viejas como de las nuevas generaciones, siendo aclamado una vez más en el Festival de Viña del Mar, al cual son invitados por cuarta vez.
En el año 1997, EMI y su catálogo Hemisfere lanza para el mundo el disco “Sereno”, una recopilación de las más importantes interpretaciones instrumentales del grupo.
Durante 1998, Illapu lanza su decimosexto disco, “Morena esperanza”; además visita nueve países, sobresaliendo en esta gira los conciertos realizados en el metropolitan de ciudad de México y en dos eventos internacionales: “The world next door festival” en Canadá y en la última feria del siglo, “Expo Lisboa 98″, en Portugal.
Durante el año 1999 Illapu continúa sus giras tanto en Chile como en el exterior, presentándose por primera vez en las Islas Canarias, España, en San juan de Pasto, Colombia. Visitan nuevamente México donde actúan en la feria del libro de Guadalajara y en el Teatro Metropolitan de ciudad de México y en Argentina, donde participan en el Festival de Cosquín, realizando además una serie de conciertos en varias ciudades, incluyendo Buenos Aires.
El año 2000 comienza para Illapu con una larga gira de verano de gran convocatoria de público en sus conciertos, que los lleva a recorrer buena parte de la geografía de Chile, luego de lanzar su disco “Momentos vividos”, álbum recopilatorio de los temas más importantes de la última decada, al cual invitan a participar a los cantautores Pablo Milanés de Cuba y al argentino Víctor Heredia.
Son invitados de nuevo a las Islas Canarias y al festival de VIC en Barcelona, España; se presentan en Perú, en el estadio San Marcos de Lima y luego en el Cusco.
En octubre Illapu participa en el megaconcierto “Tengo un sueño” organizado por la UNICEF en Panamá junto a grandes figuras del cancionero latinoamericano.
Posteriormente viajan a México donde se presentan en el Teatro Metropolitan de ciudad de México, en Cuatla y en Cuernavaca.
Illapu cierra el siglo en el año 2000 con una visita a la milenaria China, realizando conciertos en Shangai y Pekín causando gran revuelo y admiración, transformándose así en el primer grupo latinoamericano en visitar este país.
Con nueva gira por todo Chile, Illapu inicia el año 2001, conmemorando además tres décadas de canto con la edición de toda su discografía; descatalogadas algunas y otras inéditas como “El grito de la raza” y “Teatro de la Ville, París en vivo”. Luego vienen conciertos en Madrid, Berlín y Estocolmo.
En agosto participan en el Festival Latino de Nueva York, tambien visitan Perú, como invitados estelares al concierto de celebración de los treinta años de Eva Ayllon, en el Estadio San Marcos de Lima.
En octubre Illapu es invitado a México por Pablo Milanés, para participar junto a Fito Páez, Gal Costa, Milton Nacimento, Armando Manzanero, Joaquín Sabina, Maná entre otros, en el lanzamiento del disco “Pablo Querido” del cual forman parte con una versión muy especial del tema “Yolanda”, que interpretan juntos en el Auditorio Nacional de Ciudad de México.
El año 2002 Illapu lo inicia con la participación en el Festival de Viña del Mar, donde es invitado por quinta vez en medio de una nueva gira de verano. También es el momento del lanzamiento de un nuevo disco: “Illapu”, álbum homónimo que los muestra con su propuesta musical en plena vigencia y desarrollo.
Festival de Viña del Mar, 2002. Chile.
Entre los hechos destacados vividos por el grupo durante 2003 es importante señalar que fueron nominados a los Premios Luna en México junto a Mercedes Sosa y otras destacadas estrellas del espectáculo latinoamericano, sin embargo cuatro son los hechos más importantes: la presentación junto a Quilapayún e Intillimani en el auditorium de México; las presentaciones en diferentes eventos de México y en el Zócalo del D.F.; la exitosa participación en el festival “Todas las voces todas” en Quito – Ecuador y la obtención del “Premio Presidente de la República 2003″ en Chile, otorgado por “el enriquecimiento musical que el grupo ha realizado en torno a las expresiones tradicionales; por su capacidad creadora basada en tradiciones folclóricas, y -porque ha difundido el folclore chileno andino con gran repercusión en los medios nacionales e internacionales-”.
El año 2004 se presenta durante el mes de junio, en el marco del Proyecto Sismo, en Chile, en diferentes lugares compartiendo sus conocimientos y experiencia musical en clínicas con jóvenes escolares y músicos de las zonas visitadas.
El 2005, la agrupación cumple 33 años, presentando su dvd titulado “Illapu 33; documental dividido en cuatro partes. Contiene 16 canciones con escenas de los conciertos en 2004, en ciudades del Perú (Lima y Huancayo), Canadá, Chile y México. Incluye un programa en blanco y negro grabado por la banda en 1975, en Isluga, altiplano chileno. Asimismo, imágenes de su retorno, en 1989, cuando reunieron a más de 100 mil personas en su concierto en el Parque La Bandera de Santiago.
2006, Illapu comienza con una gira alrededor de Chile, donde se incluye nuevamente el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, y de nuevo, el cariño de su público los premia con gaviota de plata , antorcha de plata y oro.
Durante el año 2007, Illapu realiza más de 60 conciertos, retoman el contacto con Europa durante el mes de septiembre, visitando España, Suecia, Bélgica, Holanda, Suiza y Alemania.
En el 2008, Illapu realiza más de 50 conciertos, en giras que incluyen países tales como Australia, Argentina, Colombia, Ecuador y por supuesto Chile. Donde realizan el lanzamiento de su dvd “Illapu vivo” el cual a una semana de su salida al mercado se convirtió en el dvd chileno más vendido del mercado, otra real muestra de vigencia y popularidad de uno de los grupos íconos de la música popular nacional.
2009 es un año que inician participando en el Festival de Cosquín, en Argentina siendo premiados por el público y la prensa especializada Argentina. Lanzan su disco y dvd “Vivo” para el mercado argentino.
2010, un año que se caracterizó por sus giras en Europa y México, país que consideran su segunda patria.
2011 es el año de la consolidación de Illapu en Argentina, realizando diversas presentaciones en el norte, sur y centro de este país. A ello se le suman los conciertos realizados en Chile y el resto de américa latina.
Illapu en Argentina
2012 es un año de preparación y lanzamiento de un nuevo disco que verá la luz en noviembre y la realización de diversas presentaciones en Argentina, Perú y una nueva visita a Europa.

Inti Illimani - Canción del Poder Popular

Biografías: Inti Illimani

Con más de tres décadas de trabajo en la música de raíz latinoamericana, con fuertes influencias de Europa y del folclor más profundo de Chile, Inti-Illimani es una escuela de sonido y ética para la cultura local. Si bien el conjunto se formó en 1967 para dar vida a un repertorio de orientación andina, su larga trayectoria, su paso por el exilio en Europa y las incesantes búsquedas de sus músicos lo han convertido en un espacio de creación y evolución sonora de las más trascendentes.

El paso de los años hizo que Inti-Illimani creciera desde las canciones a voz, quena y guitarra, hasta obras capaces de evocar paisajes de latitudes diversas, gracias a la variedad de instrumentos que el grupo llegó a dominar e incluir en su repertorio. Desde el contrabajo al cajón peruano, y desde la flauta traversa al violín, el conjunto es una de las agrupaciones más coloridas y polifacéticas de la música popular chilena. 

En 1967 Inti-Illimani ya encontró a cuatro de sus seis músicos más estables. Los primeros tres fueron Horacio Durán, Jorge Coulon y Max Berrú para, meses más tarde, sumarse Horacio Salinas. Luego se incorporarían José Seves y Marcelo Coulon, con los que se armó la formación más histórica del conjunto.

Con más de 40 años, eso sí, la lista de ex integrantes es larga y ya incluye a varios de su fundadores. Hoy ese núcleo está dividido en dos grupos de igual nombre, pero con un funcionamiento y un trabajo artístico completamente separado: Inti-Illimani ® e Inti-Illimani Histórico.


El amanecer: Cóndores del sol
En el origen, Inti-Illimani fue un grupo que nació en la Universidad Técnica de Chile estimulado por el proceso de reformas políticas y sociales de fines de los años '60 y comienzos de los '70 en Chile. El conjunto quería ser reflejo de las transformaciones y su música rápidamente evidenció un alejamiento respecto de las formas de música popular más comerciales. La búsqueda llevó a Inti-Illimani a tocar mucho en vivo, dentro y fuera de Chile, antes de ingresar a un estudio de grabación.

El año de su creación, el guitarrista de origen boliviano, Eulogio Dávalos, los bautizó con el nombre que los haría mundialmente conocidos: en lengua aymara, "cóndores del sol".


Antes de su primer LP, Inti-Illimani (1969), editaron un par de singles en el que también dieron cuenta de sus preocupaciones sociales. Esas primeras canciones fueron "Cueca de la CUT", de Héctor Pavez, "Zamba de los humildes", "Juanito Laguna" y "Huajra". Luego, en 1969, hicieron su primer disco completo para el sello Dicap, de las Juventudes Comunistas, y al año siguiente grabaron otro disco del mismo nombre, pero para Odeon. Para cada sello Inti-Illimani aportó repertorios distintos, pues Odeon desde siempre prefirió contenidos menos políticos que Dicap. Para esta Discoteca del Cantar Popular, en tanto, el conjunto grabó en 1970 el Canto al programa, un trabajo completamente proselitista, pues daba cuenta del programa de gobierno de la Unidad Popular, en esos días en campaña para llegar a la presidencia en la figura de Salvador Allende. 

En 1971 el grupo grabó el disco Autores chilenos, donde reconocen a Violeta Parra y Víctor Jara, entre otros autores. En 1972, y compenetrados del espíritu de la Unidad Popular de divulgar músicas originalmente elitistas, grabaron la cantata Canto para una semilla con música del compositor docto Luis Advis y la voz de Isabel Parra. Odeon seguía por el otro lado registrando el repertorio más claramente folclórico del conjunto en dos volúmenes llamados Canto de pueblos andinos.

El exilio: Chile resistencia
El golpe de Estado del 11 de septiembre encontró al grupo de gira por Europa. Inti-Illimani comenzó entonces un largo exilio en Italia. Desde allí el conjunto hizo un incesante trabajo por la resistencia a la dictadura militar y se abocó a la edición constante de discos, regrabando buena parte de las canciones incluídas en su discografía chilena. En octubre de 1973 ya habían publicado el primero: Viva Chile!. En algo más de media hora el conjunto concentra, así, los títulos más significativos de su historia previa al exilio: "La fiesta de San Benito", "Rin del angelito", la "Canción del poder popular" y "Venceremos", entre otros. 

La estructura del disco, como lo demostró el tiempo, quería explicitar el profundo compromiso de Inti-lllimani con sus tres pilares: la justicia social, la cultura popular latinoamericana y el arte. Objetivo que, como carta de presentación, permitió al grupo ocupar un sitio privilegiado de respeto y reconocimiento público en su nuevo lugar de residencia. Como consecuencia de esta popularidad, Italia se convertiría luego en tierra fértil para generar un masivo movimiento de solidaridad con Chile. 

Buena parte de este éxito se debió a "Alturas", un tema instrumental compuesto por Horacio Salinas que llegó a los primeros lugares de los rankings italianos e incluso fue la cortina de un programa radial de mucha audiencia: "L'Altro suono". 



Como protagonista de la Nueva Canción Chilena, Inti-Illimani hizo en su segunda grabación italiana la presentación formal de esta escuela. El disco La Nueva Canción Chilena fue registrado en Milán en marzo de 1974 y consecuentemente con su título, incluyó canciones de los autores fundacionales del movimiento: Violeta Parra, Víctor Jara, Sergio Ortega (otro compositor docto) y Patricio Manns entre otros. El disco incorporó además la versión más famosa del himno "El pueblo unido", de Ortega, grabada originalmente por Quilapayún.

En 1975 el conjunto decidió mostrar sus propias composiciones. Una larga tradición como intérpretes dio paso a una de creadores, cuestión que es evidente en su cuarta grabación italiana, Hacia la libertad, donde cinco de las diez canciones del álbum son de su autoría. 

En 1977 grabaron Chile resistencia, en un momento en que el conjunto comenzó a aceptar la idea de que el exilio sería más largo que lo imaginado. Por lo tanto, son canciones cruzadas por la angustia de una situación que se agudizaba y que en Chile tomaba la forma más violenta a manos de la represión ejercida por la dictadura militar. Dos años más tarde y con el exilio convertido recién tras seis años de permanencia en Italia en una situación que comenzaba a ser definitiva, Inti-Illimani se embarcó en el sueño del regreso. Fruto de la combinación de la música de Horacio Salinas y la letra de Patricio Manns, la nostalgia por el país hizo germinar una de las más bellas canciones del conjunto: "Vuelvo".

Traído especialmente desde París, donde el escritor y músico chileno vivía su exilio, en media hora logró plasmar el sentimiento de los miles de chilenos y latinoamericanos que hacían de la nostalgia por sus países una causa común en Europa y otras partes del mundo. 

Esta suerte de dimensión continental que abarcó Manns con sus versos sirvió al conjunto para pensar en un disco que incluyera la musicalización de otros poetas latinos. Este es el punto de partida de Canción para matar una culebra, que incluye textos de Nicolás Guillén, una canción en quechua de Zenobio Dagha, canciones del folclor mexicano y venezolano y, por cierto, Patricio Manns y Víctor Jara. La instrumentalización crece y se incorpora el cajón peruano, en el futuro importante sello de percusión de su sonido.

En 1981 Inti-Illimani produjo Palimpsesto, su primer disco con acento de italiano. Aquí Horacio Salinas se atreve con "El mercado de Testaccio": "Fue mi testimonio del amor compartido por el lugar en que se vive y la nostalgia por la tierra que no se tiene", explica el autor. Esa imagen atraviesa toda esta grabación.

Tres años después apareció Imaginación, la primera antología de la música instrumental del conjunto hasta entonces. Todas las imágenes borradas por el exilio y reconstruidas por la música están en estos 16 temas que, además de ser los más representativos de esta parte del repertorio, evidencian la madurez que el conjunto había alcanzado en sus más de quince años de trayectoria.

Circunstancialmente, este trabajo marcó el comienzo de una nueva etapa: la digital. Grabado prácticamente en vivo en un estudio alemán, Imaginación es el primer álbum del conjunto en el que hay un especial énfasis en lo técnico. De hecho es el primer disco compacto en la historia del grupo. El productor Alfredo Troncoso, quien se encargaba de las giras del grupo por Alemania, sugirió hacer un álbum que aprovechara la nueva tecnología para obtener un sonido a la altura de la calidad musical del conjunto y que destacara principalmente la vertiente instrumental del repertorio, para efectos de consolidar a Inti-Illimani como una orquesta latinoamericana. Por la ausencia de letras, este álbum permitió el acceso lento y paulatino del conjunto al mercado chileno por la vía formal. De la etapa italiana, este debe ser el primero de los discos más escuchados de Inti-Illimani en Chile antes de su regreso en 1988. 

Antes estuvo el disco De canto y baile, donde el grupo retomó sus búsquedas previas entre autores latinoamericanos de diversos orígenes. Guillén, Manns y otros convergen otra vez en un disco de los chilenos. "Cántiga de la memoria rota" y "Cándidos" son algunos de sus títulos. Pero quizás el más recordado de este álbum es el instrumental "Bailando, bailando" de Salinas, recordada como cortina radial en la desaparecida radio Umbral chilena. 

Reconocidos internacionalmente como uno de los grupos multiinstrumentales de mayor calidad en el ámbito de lo que más tarde se conocería como world music, Inti-Illimani era un nombre importante no sólo para los latinoamericanos, sino además para la comunidad de músicos en general. 

El retorno: sin pedir perdón ni olvido
Éste es el punto de partida de la relación que el conjunto y, particularmente Horacio Salinas, desarrollaría con otros dos grandes guitarristas de peso internacional: el español Paco Peña y el australiano-inglés, John Williams. De una serie de encuentros en homenajes a Víctor Jara hechos en Londres surgió la idea definitiva de grabar algo juntos. Para fin de 1985 decidieron hacer un concierto en el que coincidieran los tres, lo que dio por resultado el disco Fragmentos de un sueño, uno de los trabajos mejor criticados de Inti-Illimani. Tanto que la reunión con Peña y Williams volverá a repetirse en el tiempo en otro disco (Leyenda, 1990) y en una serie de conciertos que se repiten tanto como las agendas y los proyectos de cada músico lo permitan.

Leyenda es el disco de la transición. Es la primera publicación del grupo después del fin del exilio en 1988 y se trata del registro en vivo de los conciertos que la tríada Inti-Illimani, junto a John Williams y Paco Peña hizo los días 30 y 31 de enero de 1990 en el Teatro Philarmonie en Colonia, Alemania. Tal como se dio en Fragmentos de un sueño, el foco está especialmente puesto en el lado instrumental del repertorio del conjunto. 

Tras su aterrizaje en Chile en septiembre de 1988, en un arribo acompañado de miles de chilenos en el camino del aeropuerto a Santiago y un concierto multitudinario junto a los también retornados Illapu, en la población La Bandera, Inti-Illimani comenzó su reincorporación a la vida nacional. Una actividad liberada a las emociones del reencuentro que se tomó unos tres años en asentar y tomar forma definida en el siguiente disco del grupo, Andadas (1993).

Como venía anunciándose en los últimos álbumes de la era italiana del conjunto, la protesta de los primeros años del exilio fue dando espacio a melodías que se alejaron de lo político y acentuaron la melancolía del destierro. Aunque para el año 1992, fecha de la grabación de Andadas, el grupo disfrutaba de su regreso, todavía estaban muy presentes la angustia y el dolor del exilio, sentimientos que Horacio Salinas y Patricio Manns supieron transformar en una de las canciones más importantes del retorno: "El equipaje del destierro". 

En 1996, Inti-Illimani vivió el momento más exitoso de su regreso a Chile con su disco Arriesgaré la piel. Este trabajo lleva de regreso al grupo a canciones tradicionales latinoamericanas, como rancheras, boleros y son cubano. Salinas, director artístico del conjunto, ha dicho para entonces que los prejuicios fueron cayendo y que estilos tal vez un poco menospreciados como ésos fueron revalorados por ellos. El disco vendió más de quince mil unidades —curiosamente todo un récord en el mercado local para el conjunto—, y tuvo exitosas presentaciones en vivo. Para esta grabación se incorporó el cubano Efrén Viera, contratado originalmente para adiestrar en las percusiones afrocubanas a Pedro Villagra. De los músicos de la actual formación, Viera llegó a ser el más "histórico" entre los "nuevos".

El intenso ajetreo y las giras internacionales (viajando desde Chile) comenzaron a agrietar al grupo lenta y paulatinamente desde el año siguiente, 1997, con la partida de uno de los fundadores: el ecuatoriano Max Berrú. Al año siguiente lo imitó José Seves, por lo que el conjunto perdió a dos de sus voces más reconocibles (sin contar el aporte instrumental de Seves). Eso implicó una apertura de Inti-Illimani hacia músicos jóvenes que fueron cambiando la textura a su sonido.

Para hacer el siguiente álbum, Amar de nuevo, también de canciones tradicionales, con boleros y otros ritmos latinoamericanos, se incorporaron Daniel Cantillana y el venezolano Jorge Ball, que había sido parte del conjunto a fines de los '70. Pero Ball no duraría mucho y ya para el siguiente, La rosa de los vientos (1999), dejó la formación de manera definitiva. Ese disco, además, fue una obra con orquesta y coro hecha por encargo para el Jamboree Mundial scout que se hizo en Chile el año 1998. 

El quiebre: Inti Histórico, Inti Nuevo
Casi inmediatamente después y como consecuencia inevitable de La rosa de los vientos, apareció Sinfónico (1999), un volumen donde Inti-Illimani recrea sus temas más importantes a toda orquesta (interpretados por la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago) y con arreglos de José Miguel Tobar y Roberto de Simone.

En el verano del año 2001, Inti-Illimani decidió hacer un recuento de su carrera en vivo con la participación de varios de sus ex integrantes. Un concierto hecho en la Quinta Vergara en Viña del Mar dio pie a la mirada antológica del conjunto que, además, para la ocasión revivió sus ponchos y las camisas color amaranto. Como resultado de esa cita aparece el disco Antología en vivo: dos volúmenes con toda la historia de Inti-Illimani y con un gran éxito en las ventas. 

Tras ese álbum Inti-Illimani tendría que asumir un nuevo proceso creativo, para retomar al oficio de componer canciones. Pero en el proceso se dio una discusión interna que terminó con la salida del director artístico, Horacio Salinas, compositor de la mayoría de sus canciones. Como respuesta a esta deserción, el grupo se rearmó con el guitarrista Manuel Meriño (proveneniente del grupo Entrama), que no sólo reemplazó a Salinas en la interpretación y dirección musical, sino que además se puso a componer. Además llegaron nombres nuevos como el multiintrumentista Juan Flores (con una trayectoria larga en la música de raíz folclórica: Arak-Pacha, Illapu, Huara, Sol y Lluvia) o el flautista Christian González (ex Coré).

Al tiempo apareció el disco Lugares comunes (2002), que dio continuidad al proyecto también en vivo, pues Inti-Illimani mantuvo su ritmo de giras locales e internacionales. De la formación original ya sólo quedaban tres músicos: los hermanos Marcelo y Jorge Coulon y el charanguista Horacio Durán. 

En el verano de 2004 y tras actuar en el Festival de Viña del Mar, esa tríada volvió a mermar, con el retiro de Durán. Esta partida detonó la crisis más importante en la historia del conjunto. En junio de 2004 Horacio Salinas anunció la reagrupación de tres de los ex Inti-Illimani históricos: él, además de Durán y Seves. Juntos, más la participación de Camilo Salinas (ex organista de Los Tres y Pettinellis) Fernando Julio (bajista de Javiera y Los Imposibles) y Jorge Ball (en su tercer período con el conjunto), generaron una formación paralela de Inti-Illimani que debutó públicamente el 15 de agosto en un concierto en Valparaíso, junto a Quilapayún, también reagrupado.

Luego los conciertos se repitieron en Buenos Aires y en tres noches en el Estadio Víctor Jara los días 20, 21 y 22 de agosto. El revuelo causado por la noticia ha producido el desencuentro más profundo entre las dos facciones del grupo, prometiendo acciones legales y judiciales en torno al uso del nombre Inti-Illimani. Mientras eso se resuelve, ambos conjuntos seguían su actividad en forma paralela tras un arbitraje respetado a veces más, a veces menos: Inti-Illimani Histórico e Inti-Illimani ®.

En el comienzo de 2006, el arbitraje fue desconocido legalmente y la facción de los hermanos Coulon logró publicar Pequeño mundo (2006), el álbum que había quedado entrampado en medio del conflicto. Esta vez el grupo incorporó el símbolo R, de "marca registrada" para sellar su opción por un Inti-Illimani modernizado muy cercano a nuevas sonoridades y mezclas de la fusión latinoamericana.

Sobre el final de ese mismo año, la facción de Horacio Salinas -el Inti-Illimani Histórico- editó el álbum Esencial como un respaldo a la historia íntima del grupo en cuanto a las composiciones y su tratamiento. En ambos álbumes participó con textos y música una figura que incluso los integrantes de ambas líneas consideraron superior a todo conflicto: Patricio Manns.


Hoy ambas agrupaciones escriben su historia por separado, manteniendo cada una su propia forma de llevar el patrimonio y la actividad artística del grupo. Con distinta intensidad, siguen editando discos y presentándose en vivo dentro y fuera de Chile.

—Gabriela Bade. 
Foto: Antonio Larrea.

5 nov 2013

Víctor Jara - El Arado


Biografías: Víctor Jara

Víctor Jara fue un destacado cantautor, actor y director de teatro. Nació el 28 de septiembre de 1932 en La Quiriquina, pequeña localidad cercana a Chillán.

Luego de la muerte de su madre, Víctor ingresó por un pequeño lapso al Seminario Redentorista de San Bernardo, en 1947.

El 1957 ingresó a estudiar Teatro en la Universidad de Chile. El mismo año ingresó al grupo de cantos y danzas folklóricas Cuncumén. Recibió el título de Director Teatral en 1960 y tres años después formó parte del directorio del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile, ejerciendo como profesor. Al poco tiempo, Víctor Jara se convirtió en uno de los mejores directores de teatro de la época.


Paralelamente a sus múltiples trabajos en teatro, Víctor Jara continuó interpretando y componiendo canciones. Fue uno de los fundadores del movimiento "La nueva canción chilena". En este ámbito, se convirtió en director artístico del grupo Quilapayún entre 1966 y 1969. Además, compartió escenario con grandes artistas de la música chilena, como Inti-Illimani y Violeta Parra.

El compromiso político de Víctor Jara fue constante en su vida. Militó en las Juventudes Comunistas y participó activamente en la campaña presidencial de Salvador Allende de 1970.

Con el triunfo de la Unidad Popular, Víctor Jara fue nombrado Embajador Cultural de Chile.
El 11 de septiembre de 1973, Víctor Jara fue detenido en la Universidad Técnica del Estado. Luego fue trasladado al Estadio Chile, lugar en el que falleció luego de ser acribillado el 16 de septiembre por efectivos militares.

Violeta Parra - El Gavilán


Biografías: Violeta Parra

Violeta del Carmen Parra Sandoval, hija de un Profesor de Música, don Nicanor Parra y de una Costurera y Cantora, doña Clarisa Sandoval Navarrete, nació el 4 de octubre de 1917, en San Carlos, Violeta Parra tuvo ocho hermanos de padre y madre más dos medio hermanas, La niñez de Violeta y sus hermanos no fue fácil, ya que debido a las precarias condiciones económicas debieron trabajar desde muy pequeños. Sin embargo siempre vivían rodeados de un ambiente artístico, ya que su padre tocaba violín y piano, según Violeta era el mejor folclorista de la región, y su madre cantaba hermosas canciones campesinas.


A los 12 años la niña Violeta ya comienza a componer canciones, tuvo un breve paso por la Escuela Normal, cantó en improvisados circos y negocios de la capital. A mediados de los años 50 obtuvo el Premio "Caupolicán" como la mejor folclorista del año. Representó al país en Francia y en Polonia en el Festival de la Juventud. En 1957, la Universidad de Concepción la invita a estudiar el folclore de la zona. 

En Francia editó discos y dictó clases en la Universidadde la Sorbona. En París en 1964 presenta en el Museo de Louvre su famosa exposición de tapices y arpilleras. Muchas de sus canciones en esta época tienen un fuerte contenido social, de crítica al sistema imperante y resistencia ante el autoritarismo y las desigualdades. En este sentido, algunos de los títulos más representativos son: “Miren cómo sonríen”, “Qué dirá el Santo Padre” y “Arauco tiene una pena”. El En 1965 Violeta Parra regresa definitivamente a Chile e instala una gran carpa en la comuna de La Reina, junto a sus hijos Ángel e Isabel, y destacados músicos chilenos como Víctor Jara, Patricio Manns y Rolando Alarcón. 

El gran objetivo de Violeta es convertir ese espacio en un gran centro cultural en el que se difunda el folclore nacional y latino americano. En 1966 viaja a Bolivia "El Rin del Angelito” y “El Albertío”. Violeta Parra muere el 5 de febrero de 1967. Se suicida en su Carpa de la Reina a la edad de cincuenta años. Tres años más tarde es editado su libro Décimas, por impulso de su hermano Nicanor.

Quilapayún - Cantata Santa María de Iquique


Biografías: Quilapayún


Quilapayún

Grupo musical chileno, uno de los más representativos de la llamada Nueva Canción Chilena. La formación fue creada a finales de 1965 por un grupo de jóvenes inspirados en la música altiplánica, motivados por el profundo cambio y los sueños por los que se luchaba en aquel momento. Participaron en su fundación tres estudiantes de la Universidad Técnica del Estado: Eduardo Carrasco, Julio Carrasco, y Julio Nehumhauser, a los que se sumó después Patricio Castillo. A lo largo varias décadas de vida artística, Quilapayún editó más de 25 discos.



Quilapayún

Su meta era hacer algo nuevo que se saliera de lo común. Querían una imagen más fuerte que la de grupos tradicionales como Cuncumén, y más auténtica que la de conjuntos neofolclóricos. Buscaron un nombre indígena que tuviera acento en la última sílaba y se les ocurrió Quilapayún, que en araucano significa "tres barbas".
El grupo quería reivindicar los valores de la cultura autóctona latinoamericana y compenetrarse con los problemas del pueblo y la clase trabajadora, para que contaran con un medio de expresión cultural. En general sus inicios fueron bastante difíciles, pues ninguno de sus integrantes poseía profundos conocimientos musicales. En sus primeros momentos, la formación contó con la colaboración de Ángel Parra, quien participó en los arreglos musicales de sus primeras canciones.

Pronto quedarían definidos los rasgos que los caracterizarían: ponchos negros, barbas e instrumentos del altiplano. Su repertorio comprendía la amplia variedad de la música latinoamericana; la música del altiplano ocupaba un lugar central en sus interpretaciones. Entre los instrumentos andinos utilizados destacan el charango, la quena y la zampoña, mezclados con la clásica guitarra y el bombo.

Empezaron actuando en peñas folclóricas y en diversos festivales de canción popular. En 1966 fueron invitados a participar en el primer festival nacional de folclore "Chile Múltiple". Organizado por la municipalidad de Viña del Mar, se celebró en el casino de dicha ciudad. Los Quilapayún interpretaron tres temas: La paloma, original del grupo; El pueblo de Ángel Parra y Quilapayún, tema instrumental de creación original del cual no se conserva ninguna grabación.

Uno de los momentos más significativos en la carrera de los Quilapayún se produjo cuando Víctor Jara se incorporó al grupo como director artístico. El cantante definió la definitiva estampa que presentarían los Quilapayún en sus actuaciones: una determinada posición escénica en que los contrastes visuales y sus característicos ponchos negros serían su sello particular.

Con Víctor Jara, Quilapayún ganó en 1966 el más importante festival de la canción folclórica chilena, organizado por uno de los principales centros de difusión del movimiento folclórico en Chile: Chile ríe y canta. Gracias a esta organización, Quilapayún se escuchó por primera vez en los medios de difusión y participó en las giras que Chile ríe y canta organizaba por todo el país.
Al mismo tiempo editaron el disco Canciones folclóricas de América, del que destacan los temas Mare-Mare,Coneji (cantado por Víctor Jara) y Tururururu. La voz tenor estaba a cargo del gran Julio Nehumhauser, y destacaban también las voces de los hermanos Carrasco. El 1967 se retiró del conjunto Julio Nehumhauser, y entró en su lugar Carlos Quezada; además, se integró en el grupo Willy Oddó, una de las voces más queridas por los seguidores.


En 1968 editaron, bajo el sello Dicap (de las juventudes Comunistas), el elepé Por Vietnam, con Víctor Jara como director artístico. En este disco dejaron de lado los textos triviales que contaban amoríos de campesinos o relataban bellezas costumbristas, y pusieron mayor énfasis en lo social. Enmarcado en un momento histórico como fue la Guerra del Vietnam, aprovecharon la oportunidad para crear temas de denuncia ante las desigualdades que se vivían no sólo en Chile sino en el mundo de los años 60. En este trabajo destacaron temas comoQue la tortilla se vuelva (dedicada a la guerra civil española), Canción fúnebre para el Che, (en memoria del guerrillero), Canto a la PampaLa Zamba del riego yLos pueblos americanos.

A finales de ese año se retiró Julio Carrasco e ingresaron Rodolfo Parada y Hernán Gómez, que dieron a la formación su tinte sonoro característico hasta 1971. Ese año se sumaron a los trabajos Rubén Escudero, Hugo Lagos y Guillermo García. Posteriormente, en el exilio, se retiraron Pato Castillo y Rubén Escudero, pero se incorporó con fuerza Ricardo Venegas. En los años 80 se unió al grupo Patricio Wang, y a mediados de la década se retiraron Eduardo Carrasco y Willy Oddó.

El año 92 fue clave para los Quilapayún; terminado el exilio, sus integrantes se vieron en la disyuntiva de volver o permanecer en Francia. Carlos Quezada y Ricardo Venegas optaron por retirarse. Cuando pocos apostaban por una nueva propuesta, se les unió Daniel Valladares y regresó a la formación Pato Castillo, lo que dio un nuevo impulso al grupo a comienzos del 2000.